La cuestión es conseguir ponerse en paz con el ESPÍRITU, cada cual a su manera, aunque haya maneras más desdeñables que otras. Unos encuentran el sosiego del ALMA acomodándose en la religión porque creen en un Dios; en el «hogar» les insistían en las bonanzas de creer en CRISTO y seguir sus enseñanzas; en la calle, Lambreta no creía más que en su propio Dios, la necesidad y que todos los días estuvieran repletos de sus necesidades básicas, sus perrillas en el bolsillo y su porrito, como las plantas necesitan el sol, la TIERRA y el AGUA. Solo faltaba Esther.
©María José Gómez Fernández
Publicado para Cinco Palabras, RELATO DE DICIEMBRE (II): BRÍGIDA DE FEZ, PROFESIONAL EN CIENCIAS ESOTÉRICAS
Si alguien desea leer la historia completa, puede hacerlo aquí: https://eldoblaodelarte.wordpress.com/tag/lambreta/