Evanescente quisiera ser,
tan cansada de cuerpo y mente,
que mi mayor deseo sería
desvanecerme y esfumarme.
De pequeña me decían:
cierra los ojos, pide un deseo,
no lo digas, no se cumpliría.
¡Qué inocente, lo creía!
Ahora pruebo por probar,
cierro los ojos, pido un deseo,
no lo digo para que se cumpla.
¡Qué tonta, creí que funcionaría!
Evanescencia
solo en sueños posible.
Cuando duerma mi deseo será
esfumarme y desvanecerme.
©María José Gómez Fernández