De tanto pensar el mar,
se están tintando de azul.
La montaña los atrapa
con su verde y ocres.
Después vuelve de la noche
el pintor de sombras
para teñir todo de gris,
claroscuros difusos
del blanco al negro,
como anunciando tormenta
y el viento también es gris.
Siempre les gustó el gris
y el azul, el verde y ocres
y un poco el blanco,
y el que más, el negro.
Pintor de sombras
no dejes de pintarlos
para seguir viéndolos.
©María José Gómez Fernández